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jueves, 15 de agosto de 2019

De vuelta al presente


Desde que recibí la misteriosa carta con el dibujo del tren y la margarita, tuve la certeza de que se trataba de Laura. No era un simple razonamiento, me lo decía el corazón. 
¿Cómo demonios ha podido contactar conmigo en internet?, utilizo seudónimo, no tenemos amigos comunes. Abandoné todo lo conocido cuando desapareció de mi vida. Tampoco voy a indagar sobre el asunto, lo importante es que hemos vuelto a hablar. 
Pudo haber llamado a la puerta y presentarse sin necesidad de dejar aquel sobre anónimo.
- Tuve miedo -me dijo. Miedo a decepcionarte.

Me quedé inmóvil delante del teclado, mi mente gritaba las respuestas, los dedos se negaban a obedecer. Sentí un nudo en el estómago que fue subiendo hacia el pecho, la garganta, y finalmente estalló en la cabeza.
Un nuevo mensaje me devolvió al presente:
- ¿Sigues ahí?, no dices nada...

- Si, Laura... ¿Cómo puedes pensar eso?, ¿sabes? vi una película llamada "Los Puentes de Madison", el protagonista dice una frase que me gustó cuando la escuché: "Los viejos sueños eran buenos sueños. No se cumplieron, pero me alegro de haberlos tenido". Siempre estuve enamorado de ti, y lo sigo estando. Nada ha cambiado.

- Si, la conozco. Yo también lo pienso..., ¿nos vemos?. 

Bueno, es obvia la respuesta. Siento no escribir más, debo prepararme, algo muy grande está a punto de suceder hoy; he de ir a la estación. Esta vez no pienso dejar escapar el tren.



                      





sábado, 10 de agosto de 2019

Sentimientos de amor

Debía marcharme, alejarme de todo, me sentía prisionero del destino. El futuro lo habían planificado sin contar conmigo, aprovechando que estaba en la mili para ir decorando una realidad ficticia. No faltaba de nada: compromiso expuesto, ajuar, y estrellas para alumbrar un cielo que no deseaba. Mi corazón ya no le pertenecía. Nunca quise hacerle daño, y acabé haciéndoselo. Era inevitable.
Rompí con ella y fui a Barcelona buscando no sé qué en mi lugar de origen, paseando risueño por sitios donde antaño acaricié la felicidad. Necesitaba pensar sin presiones. 
Sentado en la fuente de Montjuïc invoqué aquella energía que conocía del pasado, y mis lágrimas acabaron aumentando su caudal. 

Regresé a casa con la mente despejada, las ideas claras y un sueño por cumplir.



Nada ocurrió. No es una historia con final feliz. Me quedé solo...  









lunes, 5 de agosto de 2019


Conoce tus deseos, defensas, puntos débiles, se adapta a tus necesidades y manipula tus sentidos.

A veces, un sueño se deja atrapar y se funde con la realidad. No es algo mental, por eso es imposible detectarlo. Luego, un día, sin motivo aparente se esfuma, dejando un vacío insaciable.

Da igual donde vaya, no importa, no puedo huir de su recuerdo.