LA VENTANA

Fugaz 
como el vaho
aliento desalentado sobre el cristal 
se evapora un tímido corazón
roto
asi se torna el recuerdo

Tarde de lluvia persistente

La silueta retenida en mi memoria
queda impresa por un instante
mis ojos recorren holgazanes
el espacio que hay más allá 
buscando punto de apoyo

             

   Pienso en la sociedad y cruzo los brazos, es algo instintivo, en algún lugar leí que simboliza rechazo. 

  No recuerdo en qué momento comencé a adquirir el hábito.

 Cuando intento indagar el origen, unas imágenes se intercalan con otras y un laberinto de sucesos intemporales asume el control de mi mente. 

 Llegado ese punto, utilizo el truco de dejar fluir libremente y no inferir. 

              Al final desisten...

  

Vía Láctea, el espacio en el que vivimos

Nuestros remotos antepasados no podían concebir un cielo nocturno sin estrellas (a no ser que estuviese nublado, claro está).

No resulta difícil imaginarlos observando ese mosaico luminoso, el movimiento de astros, absortos, interpretando señales cuando un cometa, eclipse, meteoro o cualquier otro fenómeno cambiaba el guion.

Para muchos, esa opulencia estelar es casi una leyenda urbana, el tiempo ha ido debilitando el nexo de unión con el cosmos. Somos conscientes de que sigue estando ahí, no se ha esfumado; pero existe un inconveniente, es imprescindible desplazarse bien lejos de cualquier luz artificial. Eso no se encuentra a la vuelta de la esquina.

   
Gracias a la tecnología podemos apreciar la belleza seductora e hipnótica de las galaxias. 

Imágenes por infrarrojo sirven de excusa para reflexionar sobre la percepción de la realidad; nada es como parece, y todo es.

   

Mirad atentamente esta recreación de la Vía Láctea, nuestro hogar. 

Cerca de la periferia, en uno de sus brazos espirales llamado Orión, se encuentra el sistema solar, y desde un planeta azul por nombre Tierra..., el universo se contempla a si mismo.

Piedra del Peñol, Guatapé, Antioquia, Colombia. Monolito de 220 metros de altura, 380 mts. de largo y un ancho máximo de 100 mts, compuesto por cuarzo, feldespato y mica. Su cumbre ofrece una panorámica espectacular del embalse de Guatapé, cuya extensión aproximada es de 2.262 hectáreas. Para disfrutar del mirador, es necesario subir 659 peldaños, o bien la opción de utilizar una de sus 40 rutas de escalada.