A pesar de no hablar el mismo idioma, conectamos nada más conocernos. Desde niños fuimos dominando el arte de mirarnos en silencio, haciendo caso omiso a un sentimiento más profundo que no paraba de crecer.
A ese primer verano le siguieron muchos otros. El deseo de tu llegada hacía irrelevante el resto del calendario. Con el tiempo, esos once meses de trámite se fueron convirtiendo en un obstáculo. Con sueños incumplidos y esperanzas rotas, nuestras vidas tomaron diferente rumbo.
Un nuevo giro en los acontecimientos nos volverá a reunir, tenemos un asunto pendiente por resolver...
Recuerdo la delicada sonrisa que hacía brillar tus ojos y, si me lo permito, hasta puedo percibir el roce de mis dedos en tu piel. Pero no es lo mismo, nada lo es sin ti, necesito acariciarte, llenar los espacios donde las palabras no tienen hueco.
A ese primer verano le siguieron muchos otros. El deseo de tu llegada hacía irrelevante el resto del calendario. Con el tiempo, esos once meses de trámite se fueron convirtiendo en un obstáculo. Con sueños incumplidos y esperanzas rotas, nuestras vidas tomaron diferente rumbo.
Un nuevo giro en los acontecimientos nos volverá a reunir, tenemos un asunto pendiente por resolver...
Recuerdo la delicada sonrisa que hacía brillar tus ojos y, si me lo permito, hasta puedo percibir el roce de mis dedos en tu piel. Pero no es lo mismo, nada lo es sin ti, necesito acariciarte, llenar los espacios donde las palabras no tienen hueco.